¿Por qué hacemos nuestros informes?

Père Joseph Wresinski, Septembre 1962

Extracto, pp 129/130, «El mal siempre a flor de piel sentirse inferior.», «Écrits et Paroles aux Volontaires», Tome 1, 1960-1967

(…) Desde los primeros informes de los voluntarios permanentes, me doy cuenta realmente como hemos comenzado a trabajar con las familias y entre nosotros. Y esta noche quisiera explicarles a todos aquellos que por su trabajo, van a estar cerca a las familias, son ustedes que deben hacer un informe, cada día. Por qué esos pequeños informes no son en realidad tan interesantes, salvo para aquellos que ya tienen la costumbre como Mary o Bianca?

Hacemos nuestros informes por dos razones. De inicio cada uno escribe los hechos para sí mismo, personalmente. Aquellos de entre nosotros que están cerca a las familias deben anotar todo lo que han visto y escuchado, eso les permite reflexionar , realmente. Porque evidentemente, recordando todos los rostros, las palabras, los gestos; descubren y aprenden aquello que no habían comprendido en el momento. Cuando hacemos una visita y queremos realmente aprender algo, hay que anotar todo a la vuelta. A fuerza de escribir descubriremos que habíamos comprendido mal lo que se ha dicho. Creíamos haber entendido una cosa; apuntando y reflexionando nos damos cuenta que no era aquello que pensabamos.

Claro que se trata al mismo tiempo de ser precisos. Si alguien dice m…, entonces él a dicho m…, y no debemos escribir simplemente que dijo una palabra gruesa o escribir que ha levantado la voz. Anotamos el hecho preciso y no la interpretación que nosotros le damos. Si vi el vasin lleno, es un vasin lo que he visto y no desechos. Si vi un monton de ropa sucia, es importante saber si es ropa de niño, de varón o mujer. Si yo escribo que había ropa bien acomodada en el armario, por qué se dijo que estaba bien acomodada? Cómo estaba acomodada?

Evidentemente no tenemos el espíritu para juzgar, pero si para conocer, comprender la vida, el corazón de las personas, a través de miles de cosas pequeñas. Juzgar a las familias no es lo que nos interesa, y tampoco nos importa. El informe es una manera de juzgarnos a nosotros mismos. Frente a esa persona que les ha insultado, cómo reaccionaron? Han intentado disculparse sonriendo amablemente, diciendo: “Disculpeme, vendré más tarde”. Delante de toda la ropa sucia, reaccionaron diciendo: «qué le parece si nos ponemos juntos a lavarlo», ou «podría pedir a la lavandería para que le reserve una hora»?

Hay siempre muchas reacciones posibles [ … ] Con las familias hay que saber sobrepasar las confidencias. Sin olvidar la pena, hay que saber ir más lejos. Eso lo aprenderemos haciendo nuestros informes. De inicio no estamos allí para hacer, sino para ver. No podremos hacer nada sólido, antes de dos o tres años. Por el momento tenemos que aprender a ver y a juzgar nuestra propia manera de reaccionar a lo que vemos.

1 comentario Deje un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *