El movimiento está fundado sobre un acto de fe

El movimiento ATD Cuarto Mundo está fundado sobre un acto de fe. Sus fundadores creían que el ser humano encuentra en sí mismo la esencia de su valor y por consiguiente, también su dignidad y su honor. Independientemente del modo de vida, los pensamientos, las limitaciones y los errores particulares, el valor humano de la persona permanece intacto. Este es el principio básico de todo.

La experiencia los ha convencido de que el ser humano, aun cuando las apariencias sugieran lo contrario, jamás se desprende de lo hace auténticamente humano y ni de sus más profundos anhelos por justicia por verdad y por amor.

En conclusión, creen que sin importar cuán maltratado o cuán mal querido, el ser humano nunca deja de lado su derecho a formar parte de la comunidad humana y a ser reconocido por ella.

Mientras que todo ser humano tiene un valor intrínseco inalienable, necesita de un grupo para poder realizarse. Tanto su futuro como su pasado dependen de encontrar una comunidad que le facilite encontrar fortalezas y oportunidades que le permitan alcanzar su pleno potencial.

Es por eso que el Movimento ATD Cuarto Mundo no puede concebir a los pobres como individuos aislados y condenados a luchar solos para salir adelante. Sus acciones estarán siempre orientadas por el sentido de ser reconocidos por su comunidad. Asimismo, la comunidad espera de regreso que la persona muestre solidaridad con los demás miembros y que contribuya en los planes y en el desarrollo comunitarios.

Porque aquello que los guiará en su ascenso social, político, sindical y religioso es la participación comunitaria. Es la comunidad lo que les dotará de lo necesario para alcanzar su pleno potencial humano.

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