Sostener, contra viento y marea

Mantener los vínculos y mantener las misiones

En el contexto de una larga e importante crisis relacionada a la pandemia, el equipo del CJW quiso hacer todo lo posible desde el principio para «sostener, contra viento y marea», dos ejes principales: mantener los vínculos y mantener las misiones. Esto significó estar al día tanto con las tareas cotidianas como con los proyectos en curso, de acuerdo con el programa CJW. Pero también fue necesario mantener los vínculos dentro del equipo, con otros equipos del Movimiento fuera del CJW, y con todos sus partenaires, en las múltiples tareas relacionadas a los archivos, la documentación y los proyectos de investigación.

Desde el primer confinamiento, en marzo, el equipo del CJW se movilizó para que todos tuvieran los medios necesarios para continuar con sus actividades, a pesar de la distancia y de la falta, muchas veces dura, de presencia física en el trabajo. Se puso a disposición computadoras portátiles. El trabajo diario del CJW se ha organizado con base en reuniones virtuales. Para asegurar la continuidad de las actividades de clasificación, se ha priorizado y reforzado el tratamiento de los archivos digitales y se ha garantizado la continuidad mínima de la descripción de los archivos físicos in situ, siempre que fuera posible, en conformidad con las instrucciones gubernamentales.

Los jóvenes se han visto particularmente afectados por la ruptura de los lazos sociales y culturales provocada por la crisis. En respuesta, el CJW quiso reforzar la dimensión inclusiva y participativa de su trabajo de memoria e investigación, acogiendo y acompañando en su lugar de Baillet-en-France a estudiantes en práctica, a jóvenes voluntarios en formación o en etapa de transición, o a participantes de campos de trabajo internacionales para jóvenes organizados por el Movimiento.

El CJW se lanzó, también, muy rápidamente a recabar y publicar, en las páginas web del Movimiento, informaciones de lo que vivían los más pobres, de cómo lo enfrentaban y de lo que pensaban sobre ese momento. «Si no hacemos la historia», dice Bruno Tardieu, director del CJW, «si no seguimos la vida de los más pobres durante este periodo, nadie verá qué ha ocurrido. La historia vista por parte de algunos hará invisible la historia de otros». Para una gran parte de la humanidad, el confinamiento no fue posible: si no salían a la mañana, no comían a la noche. La excepcionalidad del confinamiento, para muchos, inspiró las palabras de un militante de Bélgica: «Para nosotros, que vivimos en la pobreza, estar aislados, es moneda corriente. Quizá ahora otras personas se den cuenta de lo que sufrimos cada día… Espero -dijo- que este sea un punto de inflexión, una especie de «botón de ‘reset’1.

Los problemas causados por la extra-ordinaria crisis de la pandemia, y las numerosas medidas de prevención sanitaria y control social, puestas en marcha por los poderes públicos para combatirla, han puesto de manifiesto el trabajo «ordinario» del equipo del CJW. Es esta dimensión de la vida cotidiana y de las actividades del CJW, en tiempos de pandemia, la qué hemos querido destacar en este informe.

A través de su voluntad de mantener sus vínculos y sus misiones, queremos creer que el CJW ha contribuido al «reset» que mencionaba el activista belga, citado un poco antes, hacia un otro mundo que no olvida ni deja a nadie de lado.

  1. Reset significa reiniciar, reiniciar y traduce la idea de cambiar el modelo, de volver a empezar sobre nuevas bases, mirando las cosas y actuando de manera diferente.”
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